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sábado, 30 de mayo de 2009

Luchín





















Por éstos días está en boca de todos su nombre por que se publicó la foto de quién lo torturo y asesinó sin derecho a nada y por las opiniones diversas sobre éste hecho.Desde la editorial de Evexus celebramos que en el Chile de hoy exista espacio para el debate, para la divergencia, para poder repensar algunas cosas, pero topándonos con el material publicado por el diario "El Mercurio" del día jueves nos asombró la columna de Cristián Warnken "Yo maté a Víctor Jara", tal vez no esperábamos de parte de él esas desatinadas declaraciones.
Desde su blog Marisol García (periodista free-lance en Santiago de Chile): http://solgarcia.wordpress.com/2009/05/29/el-derecho-de-morir-en-paz/ hace un buen resumen de lo que implica hoy por hoy pensar realmente así y nosotros al coincidir con ellas y por que queremos recordarlo por lo que realmente importa publicamos una breve biografía.
Víctor Lidio Jara Martínez nació en San Ignacio un 28 de septiembre de 1932.Procedente de una familia campesina de Ñuble, Víctor se convirtió en un referente internacional de la canción reivindicativa y de cantautor.
A los 21 años entra en el coro de la Universidad de Chile y participa en el montaje de Carmina Burana, comenzando así su trabajo de investigación y recopilación folclórica. Tres años más tarde forma parte de la Compañía de Mimos de Noisvander, una compañía de teatro, y empieza a estudiar actuación y dirección en la Escuela Teatro de la Universidad de Chile. A modo de anécdota, como no tenía dónde dormir, además de su permanente investigación, pernoctaba en inmediaciones de la escuela.
En 1957 entra a formar parte del grupo de cantos y danzas folclóricas Cuncumén y conoce a Violeta Parra, quien lo anima a seguir cantando.
Con 27 años, en 1959 dirige su primera obra de teatro "Parecido a la felicidad", de Alejandro Sieveking, haciendo bolos por varios países latinoamericanos. Como solista del grupo folclórico graba su primer disco, dos villancicos. El año siguiente participa como asistente de dirección en el montaje de"La viuda de Apablaza", de Germán Luco Cruchaga, cuyo director era Pedro de la Barra, y dirige la obra "La mandrágora", de Machiavello. En 1961 y como director artístico del grupo Cuncumén viaja por Holanda, Francia, Unión Soviética, Checoslovaquia, Polonia, Rumania y Bulgaria.
En 1961 compone su primera canción, "Paloma quiero contarte" y sigue trabajando como asistente de dirección en el montaje de "La madre de los conejos", de Alejandro Sieveking. Al año siguiente, 1962, dirigiría para Ituch la obra "Ánimas de día claro", de Sieveking.
Graba con el grupo Cuncumén el LP Folclore chileno, donde tiene dos canciones propias: "Paloma quiero contarte" y "La canción del minero". Comienza a desempeñar la función de director en la Academia de Folclore de la Casa de la Cultura de Ñuñoa, funciones que desempeñaría hasta 1968. En esa misma época y hasta 1970 forma parte del equipo estable de directores del Instituto de Teatro de la Universidad de Chile, Ituch, y entre 1964 y 1967 es profesor de actuación en la universidad.
El trabajo de dirección teatral le lleva mucho tiempo y realiza, bien como asistente de dirección o como director, varios montajes, entre ellos uno para la televisión (para Canal, la TV de la Universidad de Chile), realizando una gira por Argentina, Uruguay y Paraguay con la obra "Ánimas de día claro". En 1963, es asistente de dirección de Atahualpa del Cioppo, en el montaje de "El círculo de tiza", de Bertolt Brecht, para el Ituch.
Sigue componiendo música, y en 1965 dirige la obra "La remolienda" también de Sieveking, y el montaje de "La maña", de Ann Jellicoe, para el Ictus, por las que recibe el premio Laurel de Oro como mejor director y el premio La Crítica del Círculo de Periodistas a la mejor dirección.
Fue torturado y asesinado en el antiguo Estadio Chile por las fuerzas represivas de la dictadura de Augusto Pinochet contra el presidente Salvador Allende, el 11 de septiembre le sorprende en la Universidad Técnica del Estado, y es detenido junto a profesores y alumnos. Lo llevan al Estadio Chile, donde permanece detenido varios días. Según numerosos testimonios, le torturan durante horas, le arrancan la lengua, le golpean las manos hasta rompérselas con la culata de un revólver y finalmente le acribillan el día 16 de septiembre. El cuerpo es encontrado 3 días después.
Fue un destacado militante del Partido Comunista de Chile, siendo miembro del comité central de las Juventudes Comunistas de Chile hasta el momento de su asesinato. Estando preso escribió su último poema y testimonio:
Somos cinco mil
Somos cinco mil
en esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil
¿Cuántos seremos en total
en las ciudades y en todo el país?
Solo aquí
diez mil manos siembran
y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidadcon hambre,
frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!
En 1990 la Comisión de Verdad y Reconciliación determinó que Víctor Jara fue acribillado con 44 disparos el 16 de septiembre de 1973 en el Estadio Chile y que fue arrojado a unos matorrales en los alrededores del Cementerio Metropolitano, ubicado a orillas de la Carretera 5 Sur. Luego fue llevado a la morgue, donde le asignaron las siglas NN y donde más tarde sería identificado por su esposa, la coreógrafa inglesa Joan Turner. Sus restos descansan en el Cementerio General de Santiago de Chile.Sus canciones en nuestros corazones por siempre.

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