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sábado, 3 de marzo de 2012

El Muro que Roger Waters siempre soño...

  Y como mencionamos antes estuvimos ayer en el Estadio Nacional para ver la obra maestra de Roger Waters.Su mayor orgullo, un éxito comercial arrollador y de críticas más que favorables que construyó en el año 1979 que sigue tan vigente por estos tiempos gracias a su simbología y pensamientos.
Un álbum conceptual que nos retrata la vida de una estrella ficticia del rock llamada "Pink", basado en las vivencias del mismo Waters y de Syd Barret (vocalista y fundador de Pink Floyd), convirtiéndolo así en una especie de alter ego antihéroe. Descripto por Roger Waters, Pink se reprime debido a los traumas que la vida le va deparando: la muerte de su padre en la Segunda Guerra Mundial (vida de Waters), la sobreprotección materna (Waters), la opresión de la educación británica (Waters – Barret), los fracasos sentimentales (Primer matrimonio de Waters), la presión de ser una figura famosa en el mundo de la música (Barret), su controvertido uso de drogas (Barret) son convertidos por él en "ladrillos de un muro" que lo aísla, construido con el fin de protegerse del mundo y de la vida, pero que le conduce a un mundo de fantasía autodestructiva.

La idea le surgió a Roger Waters cuando en un concierto de la gira de Animals en Montreal, (denominada Pink Floyd-In The Flesh), el comportamiento agresivo de un fan de primera fila condujo a Waters a escupirle en la cara. Inmediatamente disgustado consigo mismo y con lo que llegaban a ser algunos megaconciertos, Waters comenzó a fantasear con la idea de construir un muro entre el escenario y la audiencia, lo que llevó posteriormente a la concepción del álbum.
Este disco doble en 1982 se convirtió en una película dirigida por Alan Parker que tuvo bastantes problemas con la visión estricta de Waters, lo que hizo que se desgastara la relación entre todos los integrantes de Pink Floyd del momento, en especial el tranquilo y sereno Gilmour que fue colmado hasta el extremo por Roger que indicaba que "el hacía todo", pero los que admiramos a ambos estamos de ambos lados, respetando la tiranía de Waters por que valía la pena semejante obra de arte latente.

Waters siempre quiso ser el protagonista de la película pero su director pensó que como actor no servía y el papel de Pink recayó en el joven Bob Geldolf (Live 8) que creó una gran caracterización del apesadumbrado y perdido Pink.

A Chile llegó con el mismo show que presentó en todas las grandes ciudades, pero a cielo abierto, algo nuevo para este tipo de performance.La única diferencia es que en shows por ejemplo en El arena de Londres para “ Comfortably numb” la guitarra puede estar en manos del gran David Gilmour, pero cómo pedir tanto!!
Nuestra visión:
Somos fanáticos, conocemos la película de memoria, sabemos las canciones, pero cómo asombra igual! Uno es protagonista de la historia, se atemoriza con la guerra como un niño, los ataques de aviones, el gran muro que nos nos deja ver, el colegio estricto y poco estimulante… para luego ser jóvenes que nos enamoramos, que nos equivocamos y que perdemos el control. El miedo al fracaso, la depresión, el mal camino.
Pasamos a ser seguidores de un tirano enloquecido en su propio mundo de dolor.Y después la esperanza…

Nuestra visión: Imperdible, un lujo que no se pueden privar. Mucho orden, nada queda librado al azar, con la puntualidad de un lord inglés llega y se retira del escenario y quedas con ganas de más...
Así como cuando este álbum doble cambió la forma de editar música y publicarla, y la película generó un antes y un después en la estética Waters vuelve a crear esa metáfora, la tecnología ayuda a que una idea de hace más de treinta años sea tan vigente, por que así es la vida, puro rock and roll que siempre todo lo cura.

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