El árbol no deja ver el bosque

Toda nuestra atención acaparó la banda Argentina Árbol el pasado miércoles en “La Batuta” (Jorge Washington 52-Ñuñoa) increíblemente, sin ser magistrales en sus instrumentos, ni tener un gran registro de letras –tienen un tema sobre los ronquidos-son foco de atención y atraen, pero:¿porqué?,muchas pueden ser las conjeturas al hacerlo pero podemos nombrar algunas: en primer lugar manejan un gran sentido del humor, eligieron de vestimenta el típico poncho que Pablo olvidó y se quería matar, entonces se puso un bombín para destacar ya que suelen optar por el mismo color todos que en éste caso fue el rojo.

Árbol está integrado por Pablo Romero en percusión, guitarra y voz, Hernán Bruckner en guitarra, Martín Millán en batería y Sebastián Bianchini en bajo.
Cómo segunda opción cabe destacar que aludieron a los incidentes en el “Monster of rock” ya que todos sabíamos que iban a ser vapuleados por ser de “otro palo” -aunque todo sea rock- permitiéndome aclarar que Ozzy Osborne después de su reality comedy en Mtv tampoco es un Monstruo del rock sino más bien un mal actor, pero la gente no suele analizar eso. Mencionaron con gracia los elementos que les tiraron y dieron paso a su canción más infantil aclarando - “si nos iba bien en el show la tocábamos” - y por eso no pudieron, pero para nuestra suerte si y sonó “Pequeños sueños” dónde todos corearon y movieron sus brazos al unísono.

Árbol es una banda que destaca por la variedad de los temas de sus letras, le cantan a los miedos, la comida chatarra, los prejuicios, los mencionados ronquidos, la memoria, la muerte, el amor, la pobreza, los sueños, los padres, la injusticia en un tono de comedia apta para todo público lo que explica por que muchos niños se han hecho fanáticos de ellos.
La mezcla de instrumentos la hace original ya que tiene una gran versatilidad que va desde el rock, hardcore, funk, reggae y country o chacarera. Además se alternan a lo largo de los temas una sección de vientos, percusiones, hammond, armónica y unos cuantos instrumentos “exóticos” para el rock cómo el charango, la caja, la flauta traversa y el violín.

Cómo tercera teoría se nota en extremo el clima de amistad y compañerismo que prima entre ellos, lo trasmiten en demasía, se halagan, se hacen bromas, se ayudan y apoyan si se da el caso y tocan con la libertad que tendrían haciendo un show para el cumpleaños de un primo sin dejar paso a egos, individualidades y desesperación por destacar que tanto se ve en la fauna rockera.
Todos cantan, todos son presentados por otro integrante que lo describe cómo el mejor, todos son parte del show y adoran que el público así lo vea y lo sienta. Quieren recorrer los lugares dónde se presentan difundiendo eso, la comodidad, el disfrute y felicidad que les da poder hacer lo que aman sin grandes expectativas, pero esperando lo mejor que realmente se merecen.